martes, diciembre 20, 2005

VII Parte - RELACION ENTRE INDIA Y AMERICA

TELEPATIA:
(viene del anterior)

Los indios Americanos eran muy entendidos en predecir hechos y en la ciencia astrológica. Podían predecir con exactitud cuántos hombres y caballos se acercaban, o hacia qué dirección un amigo o enemigo estaba viajando. El doctor Juan Durand cuenta que una vez estando en la choza de un indio en Raco, éste puso su oreja contra el suelo y le dijo el número exacto de soldados que estaban pasando en pelotón a una distancia de tres kilómetros. Otro indio en Panao, sin levantarse de su cama, dijo el número de hombres a pie y de a caballo que pasaban por una ruta lejana, incluso dijo el orden en que estaban formados y la dirección que llevaban. En otra ocasión, en 1896, unos fugitivos fueron encontrados en el preciso lugar en que unos indios lo habían predicho, éstos fueron encontrados después de seguirlos durante ochenta días, cruzando desiertos, montañas y ríos.

Con lo dicho podemos quitarnos de nuestra mente la imagen del indio con su oreja pegada al suelo tratando de adivinar a ciegas. Como vemos sus conocimientos iban mucho más allá de lo imaginado y por cierto éste debe haber tenido un origen.

De acuerdo con ciertos historiadores y el doctor Durand: ellos predicen la llegada de una persona, cuáles son sus intenciones, pertenencias, etc. por analizar el ladrido de los perros, y seguramente, otros fenómenos naturales. Eran entendidos en leer los mensajes de la naturaleza, mensajes tales como el grito de un pájaro, un eclipse, un temblor, el lamento de un perro, el paso de un animal, etc.

A este respecto debemos admitir que India es famosa por sus yogis cuyos poderes místicos no terminan de asombrar al mundo. Los Vedas también enseñan esta ciencia de leer los anuncios de la naturaleza.

Pero no debemos olvidar la existencia de una ciencia aun más profunda, sutil y elevada, y ésta es la de poner fin al ciclo de nacimientos y muertes, por el proceso de conocer la Verdad Absoluta. Este mundo está lleno de encantos y atractivos, destinados a mantener al hombre bajo este cautiverio. El verdadero buscador de la Verdad no caerá en estas trampas y buscará el fin más elevado, la Verdad Suprema. La adquisición de poderes místicos no es el verdadero fin, pues la meta no es tener más poder, sino más amor. El poder místico envanece a los hombres y les hace pensar que se han vuelto Dios, lo cual constituye un gran absurdo. El avance tecnológico también es un tipo de poder concedido al hombre, y vemos que éste lo ha envanecido y lo ha alejado de su compromiso con lo divino, por lo que está perdiendo el gran beneficio de su vida humana que es desarrollar el amor por Dios.

Sánscrito en Perú

El doctor Chakravarti escribe a este respecto: “En el curso de mi estudio de ciertas palabras Quechuas usadas por los Incas en Perú, los pronombres, números, nombres, miembros del cuerpo, e importantes palabras de uso diario, uno encuentra que no sólo tienen una similitud fonética sino que también semántica, tanto con el Sánscrito como con el Tamil hablados en India,” y a continuación, en su libro llamado ‘The Indians and the Amerindians,’ presenta una lista de palabras de impresionante similitud.

Chaman Lal, en su libro ‘Hindu América,’ presenta a su vez otra lista de palabras de gran semejanza entre el Quechua y el Sánscrito. El autor dice que sólo está presentando una muestra pequeña de ellas, tomadas del Aryo-Quichua Vocabulary compilado por López en Francia. A continuación citamos algunas, de la lista de unas cien palabras, que él presenta:

QUECHUA SANSCRITO

Akapana: nubes coloreadas por el sol Aka: pintura

Anak: cruel Nak: matar

Chinkat: jaguar Sinha: león

Hina: también Ena: también

Zakra: cuerno Vakra: curvo

Kakarpa: tienda Karpara: sombrilla

Killa: luna Kil: Blanco, radiante

Kukulla: bebé Kulla:pequeño

Llapi: cantar Lap: hablar

Paksha: luna Paksa: luna

Pisi: pequeño Pis: romper en trozos

Pitita: dormitorio Pita: causa

Sacha: árbol Saccha: árbol

Simi: boca Simi: sonrisa

Sipi: atardecer Cipi: rayo de luz

Sunu: vasija Suna: recipiente

Uma: cabeza Uma: inteligencia


Utka: Veloz Utka: ávido

Yana: negro Yana: negro

Investigación Original: Gurudeva Atulananda

jueves, diciembre 15, 2005

VI Parte - RELACION ENTRE INDIA Y AMERICA


VEGETARIANISMO:
(Viene del anterior)

Los antiguos indios de América eran vegetarianos, y aun la mayoría de ellos lo son- escribe Chaman Lal. Él nota la similitud entre el típico pan hindú llamado chapati y la tortilla mexicana, siendo ambos del mismo tamaño, forma y confección. Dice además que en sus visitas a México sintió como si estuviese sirviéndose comida hindú, al probar los platos tradicionales de los indios mexicanos.

En su carta al jefe de Washington, el gran jefe Seattle deplora la matanza de animales que hace el hombre blanco. En ella dice que para los indios cada animal, e incluso cada insecto, son como hermanos, pues comparten un mismo aire.

Si algunos indios comieron carne la consumieron en forma muy medida y después de ofrecer el animal en sacrificio ante el altar. No mantuvieron mataderos como los que hoy vemos en las distintas ciudades del mundo. Consumieron la carne en tiempos de escasez, o como decimos, con mucha moderación. No se recomienda el consumo de carne a quienes desean avanzar en el conocimiento de la verdad. Además, no es un alimento natural al hombre.

Para un vaisnava el consumo de carne es muy deplorable porque él ve a todos como sus hermanos. Comer carne endurece el corazón, cubre la capacidad de sentir, de ser sensible a la verdad. Las verdades más elevadas están todas en el plano de la conciencia, son metafísicas, es decir, no se pueden percibir con los sentidos, no se pueden atrapar mediante telescopios ni fórmulas matemáticas, sino que se manifiestan por sí solas en el corazón de un ser bondadoso.

La verdad tiene su dueño y su custodio, y no va a permitir que sea abusada por alguien indebido. Es una gracia divina. Si alguien puede creer en Dios y en la hermandad universal, debe saberse muy afortunado, porque posee un tipo de fe más elevado que el común de la gente.

El respeto a la vida animal implica el respecto a madre tierra. De lo contrario ¿cómo podemos hablar de amor a la tierra si arrasamos con los seres que la habitan? ¿Cómo puedo decir que amo un país si mato a sus pobladores? Este era un concepto natural al antiguo residente de estas tierras.

La Pachamama, madre tierra. ¿Porqué aceptamos este concepto? ¿Porqué en forma tan natural vemos a la tierra como nuestra madre? Porque no podemos más que aceptarlo de esta manera y la ciencia de la ecología nos demuestra que es así. La industria de la carne es un gran enemigo y el segundo gran contaminante del planeta. Es la causante de la lluvia ácida, de las deforestaciones, erosiones, y hambre en el mundo. Baste por ahora con saber que el mismo espacio de tierra que me puede proveer con ochocientos ochenta kilos de poroto de soja, es el que necesitaría para producir tan sólo cincuenta kilos de carne vacuna.

La tierra es un órgano vivo, que sostiene a otros miles de billones de seres vivos, tal como nuestro cuerpo vivo sostiene a muchos otros seres dentro de él. Debemos aprender a desarrollar este tipo de visión. Nuestra visión actual está muy cerca del fósil y muy lejos del espíritu. Nos han entrenado a estudiar el fósil, a fijarnos en la materia muerta, y han retirado nuestra atención de la conciencia. Esto es un crimen, porque la felicidad, la paz y el amor, pertenecen al mundo consciente, no al fósil.

Para los antiguos habitantes de América, la Tierra, Pachamama, no era una bola muerta flotando en un espacio mecánico, atraída y repelida por otras grandes masas de materia inconsciente. Para el inconsciente nada es consciente, para el consciente, todo es conciencia. Por su gran sensibilidad puede percibir lo sensible en otros seres, y aun más, puede percibir y ver al Supremo Sensible. No verá el mundo regido tan sólo por leyes, sino que por una voluntad por encima de ellas. (Continua)

Investigación Original: Gurudeva Atulananda Acharya

domingo, diciembre 11, 2005

V Parte - RELACION ENTRE INDIA Y AMERICA


OTRAS SEMEJANZAS:
(Viene del anterior)

En forma general, el doctor en antropología B. Chakravarti dice en su obra introductoria: “Cuando estudiamos en profundidad las culturas de América, tal como la Inca en Perú, la Maya en México, o la Sioux en Dakota, encontramos que a pesar de ser culturas tan distantes unas de otras, existe una gran correspondencia en cuanto a ideas, ceremonias y símbolos. Más sorprendente aun es la semejanza que guardan con la antigua cultura de la India, similitud que no se limita tan sólo al tipo de construcción y su iconografía, sino que también comprende más amplias áreas como sus formas de vida, sus costumbres y etiqueta, símbolos y ritos, como la Danza del Sol en USA, los Voladores en México, o los Chadak en India, los cuales persisten tanto en América como en India hasta estos días. En un nivel más profundo la similitud se deja ver en sus visiones con respecto a la vida, religión y filosofía.”

Más adelante, el mismo doctor Chakravarti, acota: “Otras escuelas sostienen que tales similitudes a menudo se deben a una difusión de ideas y prácticas entre ambas civilizaciones. De acuerdo a eruditos como Thomas Wilson, Heine Gedern, Gordon Ekholm, Alden Mason, Chaman Lal y Hugh Fox, los americanos tuvieron contacto con India y el Sur Este de Asia durante el período Pre-Colombino. Ellos señalan la similitud en varios artefactos, símbolos, arquitectura, costumbres e iconografía, como evidencia de estos contactos y de estos intercambios culturales.”


Festival de Rama en Perú


“Rama es representado como un descendiente de Surya o el sol- escribe Sir W. Jones- se casó con Sita y su madre fue Kausalya.” “Es muy notable, dice el mismo autor, que los peruanos, cuyos Incas declaraban descender del mismo tronco, llamaban a su principal festival con el nombre de Rama-Sitva.” Sir Jones declara además: “En el curso de mi observación de los hindúes, la cual podría extenderse mucho más, esta es mi conclusión: que ellos tuvieron una relación, desde tiempo inmemorial, con los antiguos Persas, Etíopes, Egipcios, Fenicios, Griegos, Turcos, Celtas, Chinos, Japoneses y Peruanos.” (continuará)

Investigación Original: Gurudeva Atulananda

jueves, diciembre 01, 2005

IV Parte - RELACION ENTRE INDIA Y AMERICA

SIMILITUD DE LOS TEMPLOS Y DE LA ADORACIÓN
(viene del anterior)

Otro interesante factor de similitud lo encontramos en el color de los templos los cuales son iguales en América y la India, como lo comprueba la doctora Nuttal, quien citando a Schlagintweit en su libro ‘Budismo en Tibet,’ dice que: “Las paredes de los templos miran hacia los cuatro puntos cardinales y cada lado está pintado con un color en particular, verde el Norte, el Este blanco, el Sur amarillo, y rojo el Oeste. Ahora comparen la descripción dada con el templo de Quetzalcoatl en México, del que el historiador español Sahagun, dice:

“El cuarto del Este era denominado ‘la Casa Dorada,’ y estaba decorada con platillos dorados, el cuarto del Oeste era llamado la Casa de Esmeraldas y Turquesas y era por lo tanto azul, el cuarto del Sur estaba decorado con perlas y plata, y el cuarto del Norte de rojos jaspes y conchas. Sahagun describe además un segundo cuarto decorado con los mismos colores. Otra similitud entr
e los templos de India y México es que ambos son redondos.”

En el antiguo México también se adoraban las montañas porque atraen y reúnen las nubes en sus cimas. En India también el pico de las montañas es visto como ese lugar sagrado en que la tierra y el cielo se encuentran y se producen las lluvias que vivifican la tierra.

El libro ‘The Ayar Incas,’ dice: “Muchos de los himnos y oraciones Incas eran similares a los nuestros. Su origen común puede encontrarse tanto en el Rig Veda como en el Zend Avesta. Esto fue preservado mediante tradición oral en tiempos aun más antiguos que la invención de la escritura.”

El sistema numérico utilizado por los Mayas era muy similar al antiguo sistema Hindú practicado al menos hasta mediados de este siglo.

Tanto en India como en América la carpa era adorada como un pez sagrado que recuerda la encarnación de Visnu adoptando la forma de un pez.

Con respecto a las divinidades adoradas tanto en Asia como en América, Sir Willyam Jones declara “que cuando el parecido de las formas, en los distintos sistemas de politeísmo, es demasiado grande como para ser accidental, no podemos más que aceptar que cierta conexión, desde tiempo inmemorial, ha subsistido entre las varias naciones que las han adoptado.”

Mr Mc Culloh dice: “Al analizar muchas de sus instituciones, y en especial aquellas que corresponden a su historia del cosmos, a sus creencias religiosas y cálculos astronómicos, podemos, en estos temas abstractos, encontrar suficientes pruebas como para afirmar que hubo una relación entre ambos continentes, la cual, sin embargo, ocurrió en tiempos muy remotos.”

Volviendo a la semejanza entre los templos Squier indica: “Los templos budistas del Sur de la India y de las islas de su archipiélago... corresponden con gran exactitud, en sus partes esenciales y en detalles menores, con aquellos de América Central... El gran templo de Bora-Bodu (el gran Buda), puede a primera vista ser confundido por un templo de América Central.” Lo mismo sucede con la ‘Colina de Flores’ en Xochicalco, México, donde figuran numerosas esculturas y se evidencia un bien conocido tipo de adoración hindú.

En su estudio de los templos de América Central, el investigador Del Río concluye diciendo: “Un estudio apropiado de estos monumentos va a revelar el hecho de que, en su estructura interior, así como en su forma exterior, y por sus obvios propósitos, estas construcciones corresponden con gran exactitud con las que se encuentran en India y en su archipiélago.” Por su lado Squier concluye diciendo que por encima de las grandes coincidencias de los ornamentos en los templos, las cabezas de monstruos y otras figuras alegóricas, lo más sorprendente es la inequívoca adoración del linga o falo, comoprincipio creador que se encuentra practicado en las culturas de India y América Central. En lenguaje Maya, Siv(a) (xib), significa falo.

Existe una gran similitud entre los dioses de la India y los adorados por los indios en México, donde Brahma era llamado Tezcatlipoca; Visnu, Tlaloc; y Siva, Huitzlipochtli. Este último era el dios de la guerra y el destructor, Tlaloc era el dios del agua o el Preservador, mientras que el primero era el Creador.

La Trinidad:

Con respecto al tema de la trinidad, aunque los historiadores españoles de la época no lo trataron, o lo evitaron por razones evidentes, Clavigero afirma con claridad que esta doctrina ya era aceptada por los indios de la Península de California. El historiador Acosta informa que el mismo principio era aceptado por los indígenas peruanos y en su afirmación es apoyado por Calancha en su ‘Crónica de la Orden de San Agustín.’

Echeverría sostiene que la deidad principal entre los Indios de Nueva Granada se caracterizaba por tener tres cabezas, dando a entender que eran tres personas con un mismo corazón y voluntad. La tríada peruana, era llamada Tangatanga, y estaba representada por tres estatuas llamadas respectivamente Apuinti, Churiinti, e Intihuaoque; lo que quieren decir: Señor y Padre Sol; Hijo Sol; y Aire o Espíritu, Hermano Sol. A su vez Las Casas dice que en Yucatán también estaban familiarizados con la idea de la Trinidad y que Ycona, Bacab y Echuac, eran los nombres de las tres personas que la componían.

Los cristianos plantean la trinidad como: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, tres personas distintas y las mismas a la vez.

Si analizamos el concepto de la trinidad bajo la visión de los Vedas podremos tener una comprensión muy clara de este mismo principio. De acuerdo a estas escrituras el Padre es Krishna, el Espíritu es el aspecto Omnipresente del Señor conocido como Visnu, y el hijo es el alma, ya que todos somos hijos de Dios. Es absurdo pensar que Dios tiene un solo hijo. De esta manera la trinidad Védica sería: Krishna, Visnu y atman, (alma).

Los Vedas también dicen que estos tres son: ‘uno y diferentes al mismo tiempo,’ a esto le llaman: ‘achintya-bheda-abheda,’ o ‘inconcebible unión y diversidad simultáneas.’ Srila Prabhupad daba a este respecto el ejemplo del fuego del cual podemos deducir su luz y calor. La luz y calor del fuego, decía él, son uno y distintos al mismo tiempo.

La sagrada sílaba ‘AUM,’ ya por todos conocida, también representa esta trinidad con cada una de sus letras, ‘A’ es Krishna, ‘U’ es Visnu, ‘M’ es el alma; ésta es la afirmación de los Vedas. De esta manera podemos ver que la idea de una trinidad no es un concepto exclusivo de la cristiandad, es algo universalmente sabido y aceptado, y los antiguos indios de América también tenían este concepto.

Dios es uno, ya sea lo llamemos Krishna, Alá, Jehová, o Viracocha, etc., está en todas partes, y por ello es llamado Visnu, y porque las almas son partes y porciones de Él, (‘amsas’ en sánscrito), también son Él, como las chispas en el fuego. Las chispas del fuego también son fuego.

Dios es una persona eterna que a su vez se expande y está presente en el corazón de todos los seres, las almas a su vez también son personas eternas y la relación que tienen entre ambos los hace ‘uno’ mediante el amor, pero esto no significa que en algún momento pierdan su identidad individual. Dios es siempre Dios y las almas son siempre almas. Son uno en el amor y distintos en identidad. Para nosotros esto permanece siendo un misterio porque debido al concepto corporal que tenemos, no podemos sentir la unión verdadera que se experimenta a través del amor puro.

También podemos dar el ejemplo de una familia donde todos tienen el mismo apellido pero se diferencian en sus nombres. Son uno en el apellido y varios en el nombre.
Los Vedas también nos hablan de otra trilogía que es más conocida en el occidente. Esta es Brahma como el creador, Visnu como el sustentador y Siva como el destructor del universo. En esta trilogía Visnu es el Supremo, y Brahma crea y Siva destruye, gracias al poder que reciben del primero.

Monoteísmo:

Los judíos o cristianos, como pretenden hacernos creer, no son ni los primeros ni los únicos monoteístas que ha tenido el mundo. En realidad todas las culturas antiguas admitían la existencia de un ser supremo cuyo poder y voluntad se ejercía por encima de los demás dioses menores. Un Dios de dioses, concepto que sitúa al Señor en una posición aun más elevada que el presentado por la cristiandad, en donde Dios es sólo el Señor de la humanidad, y ni los animales, ni los árboles, ni demás seres vivos, tienen alma, por lo que no reciben el cuidado que merecen.

Al primer análisis ya podemos descubrir que los indios de América tenían un profundo concepto de Dios, tal como el que encontramos en India, donde el Señor es designado con diferentes nombres y no hay riñas, sectas, ni fanatismo a este respecto. Los indios daban gran importancia al nombre de Dios y lo mencionaban por él.

Entre los varios nombres que daban a Dios, podemos citar: Tlaclitonatic, Creador de la Luz; Ipalnemoani, el Dador de Vida; Yaoteotl, el Dios de la batalla; Moyocayatzin, el Todopoderoso; Chimalman, Nuestro escudo o Protector.

Lord Kingsborough observa lo siguiente: ‘Ellos consideraban a Tezcatlipoca como poseedor de todos los atributos imaginables, y era tenido por misericordioso o compasivo.’ Dice además que se referían a Él con epítetos tales como: el Supremo Señor del Universo, El Disponedor y Ordenador de todas las Cosas, El que Confunde al Enemigo, El Concededor de Sabiduría, El Padre de la Humanidad, El Juez Justo, El Gobernador de los Reinos, El Padre de la Humanidad, El que Perdona los Pecados, El que Refugia bajo Sus alas, El Dador de Inspiración, Quien se ríe de la sabiduría humana, Quien ordena el matrimonio, Quien da hijos, Quien prolonga la vida, Quien Ama a los caídos, Quien acepta votos, Quien aprecia la caridad, etc.

Los indios en el Perú también reconocieron un Ser Supremo, quien fue el creador y sustentador del universo, y a quien adoraron con los nombres de Pachacamac, ‘Quien sostiene y da vida al universo,’ y Viracocha, que de acuerdo con un investigador español significa, ‘Espuma del mar,’ haciendo referencia al largo viaje hecho desde el Viejo Mundo, Asia. Está además representado sobre tres peldaños, indicando su soberanía sobre los tres mundos, concepto que encontramos también en los Vedas donde se describe el universo como dividido en tres niveles de sistemas planetarios.

En India también podemos observar esta tradición de denominar a Dios con distintos nombres de acuerdo a Sus atributos y actividades. Por ejemplo Él es conocido como Krishna o El Más Atractivo; Gopal o El que Cuida las Vacas; Govinda o Quien da Placer a las Vacas, los Sentidos y la Tierra; Mukunda, Quien da la Liberación; Bhakta-vatsala, Quien Protege a Sus devotos, etc.

A diferencia de lo que normalmente se piensa, los Vedas también hablan de un Ser Supremo, de un solo Dios, quien es Krishna, el Supremo Atractivo. Los distintos fenómenos del universo, como la lluvia, la temperatura, el paso de los astros, están entendidos como dependientes de distintas personalidades o entidades conscientes. Toda acción está supeditada a la conciencia. Ésta era su comprensión y fue compartida por todos los pueblos de la antigüedad, Egipcios, Griegos, Romanos, Americanos, etc. Ellos no vieron el universo como un órgano impersonal y mecánico, resultado accidental de una gran explosión.

Educación, Moral, Ritos:

Eric Thompson dice que “los españoles quedaron sorprendidos por el alto valor moral de los nativos, y por su rechazo a la mentira. Por desgracia, el contacto entre ambas civilizaciones trajo una rápida decadencia en los códigos morales de los nativos.”

El mismo saludo de los Incas da clara señal de su refinada y cuidadosa educación
. En él se decían ‘ama sua, ama llulla, ama quella.....’ esto es: ‘no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas flojo.’

Al igual que el sistema educativo en la India los niños eran puestos al cuidado de los sacerdotes desde los cinco o seis años.

Se les enseñaba a contar los años, astronomía, el arte adivinatorio, remedio para las enfermedades, a leer y escribir, matemáticas, genealogía. A las niñas de la nobleza y de clase media se les enseñaba a hilar y tejer, a cocinar, y otros artes domésticos, y siempre estaban acompañadas por una superior. Otras funciones que realizaban eran las de barrer el templo, cocer ropa para sus deidades, atender el fuego sagrado, etc. Muchas realizaban prácticas religiosas para conseguir en el futuro buenos esposos. Para cuidar su castidad debían mirar el suelo siempre que un extraño les hablaba. Incluso hasta hoy en día no existe el cortejo entre los indios mexicanos, y las muchachas sienten vergüenza de relacionarse con jóvenes sin el permiso de los padres.

Al igual que los antiguos hindúes los indios americanos trataron a la mujer como su igual y gobernaron imperios junto a sus esposos o hermanos.
“A diferencia de los so llamados cristianos civilizados- escribe Chaman Lal- los indios americanos nunca lucharon contra las mujeres, qué decir de matarlas a ellas o a los niños.”

Muchas creencias y ceremonias entre los Indios de México eran iguales a las sostenidas en India tal como está claramente demostrado por Thompson, en su artículo ‘The Cycle of Life’ escrito en su época para ‘Mexican Life.’ En su trabajo analiza, entre muchas cosas, la ceremonia de nacimiento de un niño; la ceremonia de matrimonio, para la cual, al igual que en India, los arreglos eran más bien concertados por los padres y se recurría al consejo de un astrólogo.

Los Aztecas también acostumbraban a hacer ofrendas en el fuego; cada persona tomaba un trozo de alimento y lo colocaba en el bracero que estaba en el centro de la sala, como un acto de gracia dirigido al dios de las Cosechas.

Otras ceremonias especiales como la de la coronación de un rey, también guardaban gran similitud con las de la India.

Chaman Lal dice que la descripción de la coronación de Moctezuma, después de la muerte del emperador Ahuitzal, es una prueba contundente de ello. En una parte de esta interesante celebración el sacerdote le hace prometer al futuro rey: ‘En nombre del Supremo Señor Invisible, del creador del cielo y la tierra, ¿prometes seguir la religión de tus antepasados?’ ‘La mirada del Señor está sobre mí, lo prometo.’ ‘¿Prometes proteger tu país y ser comprensivo con tu pueblo?’ ‘Lo prometo.’
El hijo mayor no era necesariamente el sucesor del trono, sino el más diestro.

En la Guerra:

Es triste tener que hablar de la guerra, pero incluso allí mostraron cierto refinamiento y cultura, si así puede decirse de la guerra. No era como lo aprendimos en la televisión, donde sólo se muestran como unos salvajes aullando en un caballo.

Para salir en campaña esperaban un momento propicio, siendo el primer día del mes uno de ellos. Antes de invadir enviaban espías quienes configuraban mapas detallados. En el avance marchaban primero los sacerdotes llevando sus dioses y tras ellos los guerreros más experimentados, dejando más atrás a los novatos. Se trataba de evitar las masacres, y más que matar, buscaban hacer prisioneros. Por la lectura del Ramayana y Mahabharata podemos saber que en la antigua India los guerreros seguían rígidos códigos de guerra que eran respetados a riesgo de la deshonra, y la población civil nunca era comprometida en ella. Sólo los guerreros iban al campo de batalla siguiendo a su rey.


La Familia y otras Costumbres:

Es también notable la similitud en lo que respecta al sentido de la familia, el respeto hacia los mayores y la obediencia al jefe de familia. Los mayores eran, y aun son, tratados como tíos y tías, y los iguales como hermanos. La costumbre de darse regalos, su forma de hablar con muchas gesticulaciones, la forma de sentarse en el suelo con las piernas cruzadas practicada por los hombres, mientras las mujeres se sientan sobre las piernas dobladas... Las mujeres además, como en la India, llevan sus bebés en la espalda.

Los indígenas eran conocedores de las hierbas y extraían lombrices y cálculos con ellas. De hecho, conocían al menos 1400 de ellas, y practicaban la cirugía al igual que los hindúes. Lamentablemente, dicen los investigadores, miles de libros que contenían valiosa información, fueron quemados por los misioneros.

Reencarnación:

Con respecto a la muerte no les preocupaba tanto ésta en sí como la actitud con la que debían enfrentarla, mostrando gran concordancia con la filosofía del Bhagavad Gita. Creían en la inmortalidad del alma y en la reencarnación, y tenían un claro concepto de la vida después de la muerte.

En occidente se ha tratado de ridiculizar la idea de la reencarnación la cual es compartida en forma natural por el hombre de oriente. Muchos pensadores occidentales también la aceptaron apenas tuvieron contacto con las doctrinas de Sócrates y Platón. Para ellos el cuerpo no era más que el vestido del alma, y el alma cambiaba su vestimenta cuando ésta envejecía. Mismo ejemplo lo encontramos en el Bhagavad Gita donde Krishna le dice Arjuna: “Así como un hombre deja sus ropas viejas y las cambia por otras nuevas, así el alma deja un cuerpo anciano y lo cambia por otro nuevo.”

Nunca se ha escuchado una razón de peso para negar la reencarnación, pero Krishna ya dice en el mismo Bhagavad Gita que: “sólo quienes tienen sus ojos entrenados en el conocimiento pueden ver las cosas como son. Los demás no pueden hacerlo, aunque así lo intenten.”


Voltaire dijo: “Si he nacido una vez, ¿porqué no puedo hacerlo dos veces?”

Krishna explica la reencarnación como un hecho que es evidente en esta misma vida, Él dice: “Así como el alma corporificada pasa de la niñez a la juventud, y luego a la vejez; en forma similar, cuando el cuerpo muere, el alma acepta otro cuerpo. Los sabios no se confunden por este cambio.” Así Krishna nos hace ver que en esta misma vida ya hemos cambiado varias veces de cuerpo, y lo seguiremos haciendo. Tuvimos el cuerpo de un bebé, después tuvimos el de un niño, luego el de un adolescente, y antes que eso fuimos una burbuja en el vientre de nuestra madre, ¿dónde están esos cuerpos ahora? Ya no están más. Los tuvimos en el pasado pero ya no están más. Sin embargo somos la misma persona que los ocupó y que los ha visto cambiar. De esta manera podemos comprobar que la reencarnación es un hecho que experimentamos en nosotros mismos y en esta misma vida. Esto es ser en realidad un filósofo y un científico.

Bien haríamos en meditar sobre este ejemplo que el mismo Señor Krishna nos da, de esta manera vamos a fortalecer y purificar nuestra inteligencia, vamos a empezar a razonar en forma correcta, y bajo esta nueva perspectiva veremos el mundo de una manera real y pragmática. (continuará)

Investigación original: Gurudeva Atulananda

lunes, noviembre 28, 2005

III Parte - RELACION ENTRE INDIA Y AMERICA


EL GOBIERNO DE MEXICO ADMITE SU ORIGEN ORIENTAL
(viene del anterior)

Con razón el gobierno de México en su publicación de la ‘Historia de México’ declara que los primeros en llegar a este continente fueron grupos de navegantes que salieron de India rumbo al este. Además hay cuatro teorías en Africa, siete en Asia, y seis en Europa, que atribuyen un origen inmigratorio al pueblo azteca.

En México se hablaban alrededor de treinta y siete idiomas y otros dialectos, y se estima que estuvo habitado desde hace diez mil años o más. La misma tradición mexicana sostiene que sus ancestros vinieron de lejanas tierras y así se lo confirmó el rey Moctezuma a Cortés, tal como el historiador de la época, Bernal Díaz, lo afirma.

La presencia de miles de personas con rasgos hindúes y mogules, sus tradiciones y costumbres religiosas, prueban que inmigraron a estas tierras en gran número. La existencia de una ruta marítima entre India y México es admitida por muchos investigadores y es lo que la historia oficial del gobierno mexicano sostiene, tal como ya fue citado.

Esta teoría también es sostenida por Hewitt, en su libro ‘Primitive Traditional History,’ páginas 832 a 836. El profesor Rama Mena, del Museo Nacional de México, en su libro ‘Arqueología Mexicana,’ dice: “Los tipos humanos son como los de India. Su perfección en los diseños, sus suntuosos adornos en la cabeza, sus ostentosos edificios y sistemas de construcción, nos hablan muy claro de la India y del Oriente. Estudios hechos por el doctor Humberto Cornyn y Magana Peon, concluyen que las lenguas Nahuatl, Zapoteca y Maya, tienen su origen en el sánscrito, también atribuyen una existencia de diez mil años a una civilización encontrada en Palenque.”

Hyatt Verrill, autor de ‘Antiguas Civilizaciones del Nuevo Mundo,’ también sostiene que los pobladores de América provinieron de Oriente. Dice que incluso con una pequeña embarcación se puede navegar de Polinesia a Sudamérica, y que la corriente y vientos del Pacífico arrastran en forma natural hacia este continente.

UN MISMO LENGUAJE, HABITOS Y FACCIONES


La gran similitud en el lenguaje entre tribus de Sudamérica y los dialectos de Oceanía es más que sorprendente, utilizando en miles de ocasiones palabras no sólo similares sino que incluso idénticas. Igual similitud se encuentra en sus costumbres religiosas, hábitos, arte y facciones. Tenemos por ejemplo a los indios Sirionos de Bolivia, quienes por su fino cabello, grandes barbas y rasgos, en nada se diferencian de cualquier tribu hindú. El mismo Hyatt Verril dice que entre los miles de artefactos encontrados en la muy antigua cultura de Cocle en Panamá, un gran número de ellos sólo pueden ser explicados por reconocer la teoría de que las personas que vivieron allí estaban en directo contacto con el Oriente.

Colonel James, autor de ‘El Continente Perdido,’ al hablar de los Mayas, citando palabras de su propia tradición, dice: “Los habitantes de este lugar fueron personas muy poderosas. Ellos tenían grandes embarcaciones con las que viajaban a distantes lugares, a este y oeste, y les tomaba muchas lunas.” El mismo autor concluye: “¿Acaso esto no concuerda con Valmiki cuando dice que los Mayas eran grandes navegantes, cuyos barcos navegaban de este a oeste y de norte a sur por los grandes océanos?” Esto concluye el autor después de cincuenta años estudiando la relación entre América y Oriente.

Mackenzie, en su libro ‘Mitos de la América Pre-Colombina,’ dice que las razones de estas inmigraciones fueron la sed por las riquezas y el oro. El Pacífico, dice, no era un obstáculo mayor que las grandes montañas y los interminables desiertos del viejo mundo, con valles poblados por gente agresiva.

Hewitt dice: Los Mayas y Nahuas de Yucatán, México, eran inmigrantes de las tribus de Magha y Nahusha, quienes pertenecían a una raza de navegantes conocida por los Griegos con el nombre de Fenicios.


LAZOS CULTURALES Y RELIGIOSOS

“La doctrina de las cuatro eras fue importada por la América Pre-Colombina. El orden en México de estas eras es idéntico con el de India... El hecho claro es que provienen de una misma fuente... sería ridículo suponer que tal doctrina proviene de un origen espontáneo en distintas partes del Viejo y Nuevo Mundo,” escribe Mackenzie en Mitos de América Pre-Colombina.

De hecho, la famosa piedra en forma de un enorme disco de doce pies de diámetro y con un peso mayor al de veinte toneladas, mundialmente conocida como el Calendario Azteca, debería ser denominado como la ‘piedra fundamental’ de la cultura Hindú en América. El estudio de este calendario llevado a cabo por Hyatt-Verrill, Mackenzie y Mrs. Nuttal, comprueba la creencia de los Aztecas en la teoría de las cuatro eras o ‘yugas,’ cada una de ellas dependientes del sol, al fin de cada una el mundo encontraba un ya pronosticado desastre. Esta piedra debió ser esculpida en los años 1487 a 1499 y fue tirada entre los escombros del templo por Cortés. En 1560 fue redescubierta, pero el obispo de la época, temiendo su influencia sobre los indígenas, ordenó enterrarla. Así permaneció oculta y olvidada por más de dos siglos hasta su reencuentro en 1790.

Al igual que en la India, los Incas acostumbraban a tocar tambores para ayudar a la luna en los momentos de eclipse. Los antiguos templos piramidales encontrados en México guardan también gran similitud con los de la India, el hogar original de las pirámides. A diferencia de las encontradas en Egipto, éstas no terminan en punta, sino que en una especie de meseta, que servía de altar para hacer ofrendas de sacrificio a los dioses.

Es interesante también notar que el credo de la eternidad del alma y su transmigración prevalecía en todo el continente americano.

Otra asombrosa similitud la encontramos en el campo de la danza. Chamal Lal declara haber visto el mismo tipo de danza entre las antiguas culturas americanas que las practicadas en el valle de Kullu, al Norte de India. Lo mismo afirma la señora Nuttal después de ver la danza Mitotilitli, la cual representa una gran rueda con dos sacerdotes principales en el centro a quienes van rodeando otros bailarines en un orden de mayor a menor importancia. Para preservar el orden en el movimiento circular de la danza, los mayores que recorren un círculo menor, avanzan con lentitud y gravedad, mientras los que están más lejos del centro deben ir a mayor velocidad para mantener la línea de los rayos de la rueda. Esta danza se hacía en honor al movimiento de las estrellas del cielo, y sin duda está lleno de conocimiento y significados.

Esta idea de girar alrededor de un centro, dice la señora Nuttal, la encontró también en un modelo en el Indian Department del South Kesington Museum. Otro tipo de danza idéntico es la que aun se puede ver al Sur de la India en la cual los bailarines se cuelgan de cuerdas y giran alrededor de un palo central, tal como la practicada por los antiguos ‘voladores’ mexicanos.
Hewitt es de la misma idea cuando dice: “Las antiguas danzas de los indios eran muy similares a la de los hindúes, donde para ambos la danza era parte de su adoración.” (Continuará).

Investigación original: Gurudeva Atulananda

lunes, noviembre 21, 2005

II Parte RELACION ENTRE INDIA Y AMERICA

PRESENCIA HINDU (LOS VEDAS) EN AMERICA



El mismo Colón estaba como loco por encontrar una nueva vía para llegar a India, incluso arriesgó su vida y la de su tripulación para ello. Cuando redescubrió el nuevo mundo en 1492 llamó a sus habitantes ‘Indios,’ pensando que había llegado a ella. En un sentido no estaba equivocado ya que muchas ruinas en México, Honduras, Guatemala, Perú y Bolivia, delatan una antigua influencia de la India. En Copan, Honduras, que parece haber sido una ciudad de dioses por sus ruinas de veintidós templos a orillas de un río, encontramos figuras de jinetes con turbantes montados en elefantes, lo que ha sorprendido a los investigadores del tema; incluso una figura de Buda fue encontrada allí en 1892. En los países citados pueden verse figuras de dioses hindúes tales como Ganesha en los templos Incas de Perú y en México, también una deidad de Visnu, en este último país, es fácilmente reconocible por su escultura portando su característico disco y mazo. La revista Mexican Life de Julio de 1935 declara que: “Cuando los españoles llegaron a Yucatán encontraron un gran número de dioses siendo adorados. El dios principal era el de la lluvia, el transformado Ganesha de la India, a su lado marchaba Indra como el dios del maíz... y a su alrededor iban otras divinidades, no sólo pertenecientes al hinduismo ortodoxo, sino también al budismo.”

El renombrado investigador británico, Hewitt dice que “la gran migración tomó lugar al establecerse el comercio marítimo en el océano Indico. El ritual del mar prueba que los inmigrantes, antes de salir de Asia, celebraron un festival al dios de la lluvia, muy similar en sus detalles a los sacrificios que se celebran en India...” Después de presentar muchas otras evidencias el investigador concluye: “No puedo imaginar cómo es posible dudar que los indios de América vinieron de Asia, algunos de ellos pasando por China y Japón, y otros en forma directa.” El mismo autor dice que India no sólo introdujo cultura y dioses en América sino también el algodón, el cual fue primero utilizado en India y China y luego traído a América. El algodón fue conocido en Europa cuando las fuerzas de Alejandro el Grande lo llevaron como una curiosidad.

DEIDADES Y CEREMONIAS HINDUES EN AMERICA
La imagen de encarnación como tortuga de Visnu preservada en el museo de Quiragua en Guatemala, ha constituido un gran puzzle para los antropólogos. El templo más grande en México estaba destinado al señor Siva quien era el dios de la guerra de los mexicanos. Desde la ceremonia de nacimiento hasta los ritos fúnebres, los Aztecas observaron casi las mismas ceremonias que se aprecian en la India, incluido el sistema educativo llamado guru-kula.

Los Incas en Perú observaron la ceremonia del cordón sagrado con la cual son investidos los brahmanas en la India, al igual que el rito de perforar la oreja, y su estructura social era el de las mismas cuatro castas que caracterizan a la antigua cultura hindú. A este respecto el libro ‘The Ayar Incas,’ dice: “El sistema de castas entre los gobernantes Incas era tan rígido como similar al de los Arios brahmanas de India.”

Con razón el autor español López en su libro ‘Las razas Arias del Perú’ dice que cada página de poesía de este pueblo lleva la marca del Ramayana y el Mahabharata. Incluso el sánscrito- sostiene el estudioso Chaman lal- era la lengua secreta de sus gobernantes, tal como el vocabulario Ario-Quechua preparado por López lo confirma. Continuará.
Investigación original: Gurudeva Atulananda

miércoles, noviembre 16, 2005

RELACION ENTRE INDIA Y AMERICA I parte

Origen de la cultura en América

'Nada hay nuevo bajo el sol,’ dice el antiguo adagio, y pensamos que es una verdad muy cierta. Las mismas prácticas y costumbres aparecen en distintas culturas, pero de hecho con distintos nombres y con ciertas diferencias en la forma. Pero en el fondo, en todos lados somos el mismo hombre, con los mismos deseos, necesidades y ambiciones; con una misma vida, con una misma forma de nacer, crecer, envejecer y morir. Compartimos las mismas incógnitas y vamos tras las mismas respuestas. Cuando buscamos nuestro origen, encontramos que la cultura y la sabiduría se pierden en los laberintos del pasado y nunca podemos aseverar que ‘en este momento el hombre comenzó a saber,’ ‘en este momento dejó de ser mico y comenzó a razonar.’ No encontramos ese momento en la historia porque de hecho no existe. El hombre siempre fue hombre y siempre hubo cultura y sabios. El hecho de ciertos hallazgos de cavernícolas no significa que todas las culturas del mundo estuviesen en ese entonces en ese mismo nivel. La ciencia actual vive de suposiciones a las que tilda con el atractivo nombre de teorías, abriendo así las puertas a un mundo de elucubraciones donde no existen respuestas claras ni valores absolutos.

Así como dos más dos siempre fue cuatro, de la misma manera, verdades más elevadas, sutiles y sofisticadas, siempre existieron, y fueron percibidas y apreciadas por personalidades de un carácter más puro y elevado. Nos encontramos en una época en la cual, espíritus más aventurados e inquietos, aprecian los valores de las antiguas culturas y admiten el fracaso de la presente.

Si somos objetivos y sinceros en nuestro análisis, llegaremos a un mismo origen de todas las cosas. Llegaremos a una misma y sola cultura, con un gran libro y lenguaje. Esta cultura no pertenece a ningún pueblo ni región en particular, pertenece al hombre, pero tampoco a cualquier hombre, sino más bien al ario. El término ‘ario,’ no designa ninguna raza en particular ni característica corporal, como se ha mal entendido. Esta palabra es de origen sánscrito y denota a aquellas personas que se inclinan con seriedad por la búsqueda de la verdad. En el Bhagavad Gita podemos encontrarla citada cuando Krishna le dice a Arjuna: ‘an-arya-yustam, asvargyam...’ aquí Krishna dice a su discípulo que los apegos y debilidades materiales no deben confundir a un verdadero ‘arya’ o ario, pues de ser así su futuro será ‘asvargyam,’ o no conducente a los planetas superiores.

El orgullo de este siglo que termina nos ha separado de nuestros antepasados, y en realidad lo hemos estado haciendo ya de mucho tiempo antes. En el afán de volvernos positivistas y pragmáticos limitamos nuestro campo de entendimiento y percepción al que sólo pueden darnos la razón y los sentidos, el resultado de esto ha sido un hombre superficial, sin metas superiores, alienado, confundido, y deprimido. Hemos cerrado las puertas a la fe y hemos insultado las viejas tradiciones, y así hemos seguido adelante, hemos seguido, sin saber ni a quién seguimos.

Las antiguas culturas estuvieron empapadas de un misticismo especial, de un respeto a la naturaleza y a todo lo creado. De un respeto al padre y a la madre, al sacerdote y a los ancianos. Su diario vivir estaba relacionado con una visión cosmológica donde todo estaba insertado como en un organismo perfecto. Organismo que el hombre de hoy se ha encargado de viviseccionar, incapaz de encontrar el motor de vida que lo mantiene latente. Ni siquiera la medicina moderna es capaz de ver el cuerpo humano como un solo órgano y de tratarlo como tal. Todo eso ha desaparecido y sólo queremos dar espacio a lo nuevo. ¿Pero qué es lo nuevo? Lo nuevo no es más que el intento fallido de unos mal llamados científicos que rechazan realidades superiores que con certeza y claridad son entendidas y percibidas por otras miles de personas.

Hoy muchos se lamentan, como si hubiesen perdido un bello libro de poemas. El hombre comienza a sentirse solo y artificialmente apartado de su madre tierra. Se ha vuelto como el joven rebelde que después de un tiempo anhela volver a casa. Sufre por el río que ya no es cristalino, por el aire que ya no es puro, por el alimento que enferma, por los animales que están extintos. El hombre se siente explotado y pobre. Muchos se han sentido engañados y en realidad lo hemos sido. El mismo cristianismo cometió el error de volverse demasiado aristotélico y de querer comulgar demasiado con los racionalistas, sin dar crédito a esas verdades que se revelan en el corazón de quienes sirven con amor y humildad a madre naturaleza, la verdad y lo divino. Primero persiguió la ciencia con ciego fanatismo y luego se doblegó ante ella con igual ceguera.

Arqueólogos, historiadores y antropólogos, parecen estar destapando la olla y demostrando que el verdadero siglo de las luces se dio mucho antes de lo enseñado. A este respecto, el Srimad Bhagvatam o Bhagavata Purana, es un muy valioso documento histórico de lo que fueron antiquísimas culturas que se remontan a millones y millones de años. Este libro, traducido del sánscrito en años relativamente recientes, sin duda traerá una revolución al pensamiento actual de la humanidad.

Si queremos conocer la verdad debemos sentirnos ante el deber de abrir más nuestra mente, y ser más universales y apreciativos de esa misma verdad que buscamos, sin importar donde aparezca, ni quien pueda ser su dueño.

Se ha tratado de sembrar en nosotros admiración y aprecio por lo que viene de Europa, y de afirmar nuestras raíces occidentales ¿Pero quiénes forman estas raíces? Fueron tan sólo intelectuales que en el mejor de los casos intentaron comprender alguna verdad, y en el mayor de ellos, sólo estaban detrás de prestigio y dinero, pero en ambos casos, y siendo muy generosos, sólo alcanzaron pequeños vislumbres de verdades que tanto en el oriente como en muchas de nuestras culturas de América, ya eran más que conocidas y practicadas.

Prueba de ello fue el furor que causó en los europeos los condimentos, las sedas, perfumes y artesanías de la India. Eran como pigmeos descubriendo la sal. Lo mismo sucedió en el campo de la filosofía y la cultura, y así, los filósofos que más lucieron en Europa son los que más se acercaron a las ideas de Oriente. Notables a este respecto son Schopenhauer, Hegel, Hoelderlin, Nietzsche, Carl Jung, entre muchos otros. Pero nuestra intención no es la de criticar sino la de encontrar nuestros orígenes naturales, y entender, con buena voluntad y alegría, que pertenecemos todos a una gran cultura, que somos una gran familia. Diría que esta cultura es la de la humanidad y para nuestra gran familia humana.

Así como recibimos un cuerpo, mente, e inteligencia de Dios, y así como de Él recibimos todo tipo de verduras, cereales, hierbas medicinales, fibras naturales, para atender los menesteres del cuerpo; energías como el sol, el viento, el agua, y animales como el toro y el caballo para ayudar en el trabajo; es muy razonable y hasta un deber admitir que también debió darnos algo para satisfacer necesidades más importantes y elevadas, como son las de la inteligencia y el espíritu. En otras palabras, Dios no sólo nos crea con deseos y necesidades, sino también nos da los medios y recursos para satisfacernos.

Es natural y lógico ver las cosas de esta manera y por ello al hombre de oriente, o más precisamente, al hombre de la cultura Védica, no le costaba aceptar la realidad de un conocimiento superior, revelado, y perfecto, dado por Dios para satisfacer las inquietudes del espíritu, y que orientaba al hombre en todos los aspectos y necesidades de la vida. Pues la filosofía y la verdadera ciencia son el pan del alma.

De esta manera, así como no podemos decir que el aire es el derecho de un solo pueblo, o los rayos del sol, o los cereales del campo; del mismo modo no podemos decir que los Vedas son sólo para cierto grupo étnico. La verdad y el saber son para todos. Dos más dos son cuatro para todos los pueblos y tiempos.

Sin embargo no faltan las personas con espíritu provinciano que tratan de adueñarse de la verdad y de administrarla a su gusto y gana, pero eso es tan absurdo como pretender guardar una canción en una caja. La verdad sólo pertenece a quienes la buscan con sinceridad, no pertenece a ninguna institución ni iglesia, ni a los científicos pragmáticos. Existe desde siempre, junto con la creación del hombre, así como el aire.

Con estas palabras nos acercamos a definir la finalidad de este trabajo, que es probar que nuestras raíces vienen de la India, pero no olvidemos que India no posee cultura ninguna sino que pertenece a una cultura de origen divino, que Dios reveló para todos los hombres. Esta cultura se extendió en distintos grados y medidas por el mundo entero, y hoy se preserva hasta cierto punto en ese país de oriente.

Estamos seguros que en la medida que progrese en la lectura de este artículo, no le quedarán dudas de que las culturas de los indios de América provinieron del oriente. Cuando usted comprenda esto, entenderá que la filosofía de los Vedas y la práctica del yoga no son en nada algo lejano o extraño a nuestras raíces. Como de alguna manera decíamos, la India es un país que siempre da para hablar. Criticado por los materialistas, admirado por los espiritualistas, siempre es un punto de atracción para todos, y este fenómeno viene ya de tiempos antiguos. Continuara...

Investigación Original: Gurudeva Atulananda

domingo, noviembre 13, 2005

Y... ¿dónde está la realidad? ...



Dónde está la verdadera realidad?...

Qué es la información que a diario se publica en los diarios, en los noticieros??? qué significa todo eso para el ser, será esa realidad la de mayor importancia para el hombre???, para aquel pobre ser, explotado por las diversas formas de consumo que le vende su mayor verdugo... los medios de comunicación en especial la televisión, aquella a la que el considera ... su amiga.

No hay algo peor que estar atrapado en esa red creada por el sistema, sí, ese sistema consumidor; ese huracán que devasta el sistema nervioso de la humanidad volviéndola frágil, vulnerable ante cualquier hecho que sucede, que crean, que venden los medios de comunicación; ese disfraz que no permite ver la obscura realidad de las cosas y la verdadera realidad del ser. Sólo son eso, una trampa que no deja escapatoria a esta prisión llamada realidad.

Las verdaderas noticias, los verdaderos sucesos especiales son los que limpian tu mente, iluminan tu corazón y dan fuerza a tu Ser, las que son eternas y resplandecen en el color de las flores, en la sonrisa del niño, el sabor del agua, el color del cielo, en los libros sagrados; esas son las que alimentan tu alma y te conectan con lo superior que habita en tí y en todos, las que te dan la vida. Las otras... son solo patrañas, máscaras que oscurecen tu camino, encandilan tu visión real y estropean tus sentidos; son las que no quieren dejarte ir... que seas libre, que encuentres el verdadero camino de la conciencia, de la autorrealización.
Si el hombre de hoy anda perturbado, no es su culpa, deben saber que ya han saqueado todo su interior, le han robado toda su riqueza, su única herencia legítima y recibida por su naturaleza; lo han dejado sin fe, han derrumbado su puente ... aquel que lo unía con su verdadero hogar, el de naturaleza espiritual, lo recuerdan?, ese mismo espíritu que ahora se volvió un mito, una leyenda ... una utopía; por eso el hombre camina sobre aguas turbulentas, sin quien lo salve, sin quien lo rescate de este océano de miseria, de este charco material donde ahoga su verdadera naturaleza espiritual cual piedra tirada al mar sin un sentido, ese quien no existe para el , ya no cree ni en sí mismo, ahora, cómo creerá en los verdaderos, en los que buscan su único bien, su verdadera salvación?.

Que triste, que desperdicio, todo un esfuerzo de muchos años para que al final sólo se vean miradas derrumbadas por la incertidumbre de un mañana soleado que nunca vendrá, claro, mientras se continúe viviendo en esa falsa realidad creada en la oscuridad de la ignorancia, mientras se continue buscando en los diarios y noticieros la verdad que oscurece al hombre y lo lleva a la nada, al engaño. Téngase en cuenta que todo lo que sucede afuera siempre va a ser dual, esa es la ley, por eso se debe ir abandonando el sensacionalismo de lo que pasa afuera, lo más importante es darse cuenta... qué sucede adentro, en tu interior, en tu mente, en tu sentir, en tu conciencia, eso es lo importante; lo que afuera acontece está dado por lo interno, por la razón y la verdad que circunda en tu interior, si hay mal o bien, todo viene desde adentro; por eso los sabios dicen que la paz no se obtiene con manifestaciones, entregas de armas, desfiles con banderas o con publicidad barata anunciada en la televisión. No, la verdadera paz se obtiene con el cambio de actitudes, de conciencia, con el sacrificio de tu esfuerzo para cambiar tu camino incierto ... ilusorio, tu destino, aquel destino que te lleva a la nada ... al vacio, a repetir la historia nuevamente.

La verdadera paz empieza en tu interior, no afuera, allí solo hay vacío, el cual es llenado por tu propia escencia, por tu propia naturaleza trascendental, nada es creado por otra cosa diferente, por eso cuando fijas tus sentidos demasiado en las cosas que te rodean, las del mundo, te vas desgastando lentamente, tú, alma, te vas marchitando sin darte cuenta; entiende que esas cosas son sólo un imán que atrae tu energía y luego la absorve, roba tu escencia y te condena a vivir absorto en un mundo de fantasías, tribialidades, de vacíos muy dificiles de llenar; eso es lo que deja el sabor del mundo: incertidumbres, vacíos, malas noticias... muy malas, es como un bosque en llamas que arde sin apagar su sed jamás. Por eso el llamado que han dejado los sabios del amanecer es y siempre será:
'Despierta...despierta alma dormida...despierta, tú no perteneces a esta esfera, a este mundo, estás aquí, pero no eres de aquí, eres un viajero, en busca de la verdadera realidad...del verdadero hogar'.
Por eso, no prestes atención a lo que sucede afuera, a los diferentes sucesos que enaltecen, escandalizan o envanecen al mundo y que se publican a diario; vive solamente dedicado a tus cosas pero con tus sentidos, conciencia y alma vigilantes, fijos en la trascendencia; siempre busca esa verdad, la verdad suprema, ella se te dará, si tú la quieres, ella vendrá a tí y te protejerá, no desconfíes, ella te dará lo que necesitas para entender y serás libre, alcanzarás la altura más elevada que un alma puede alcanzar.... siempre espera eso...y pronto vendrá a tí.